sábado, 11 de diciembre de 2010

Además de besos...



Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Cortazar, Rayuela.

Besos que no he podido darte, ya que oculta y lejana yaces bajo el velo de las distancias. Quebraré las dimensiones conocidas y crearé nuevos planos en donde nuestras miradas se encuentren, más allá de la vida y de los supermercados, más allá de mis alegrías y las caídas al barranco. Sé que escribes un texto igual a este y que tu corazón choca contra la arena al ritmo del mío, dos por cuatro siempre temblando dentro de mí, bailaré cuando con mi sangre atraviese tu interior y la tierra con tus gritos vibre. Tocaré con mis manos frías tu cuerpo cálido, brillarás haciendo caer el telón y, ocasionalmente, ocultando tu desnudo cuerpo. Que el pielago suave cubra tus continentes y que emergan después creando el oleaje mortal que mantenga tal caótico escenario, todo dentro de nuestra apartada dimensión. Serán breves nuestras lecturas; largas nuestras noches.

Pero ahora, el mundo viaja en un riel y no puedo salir de él. No puedo mirarte desde el subsuelo. Debo morir por completo para poder subir hacia tu mirada. Debo olvidarme y debo crearme un pasado diferente. Una lista interminable de libros tengo, poco dinero para comprarlos e insuficiente motivación para robarlos; infinitos discos para escuchar, poco tiempo que me alcance para poder vivir lo suficiente; peliculas sempiternas que mirar, nimias ideas para criticar a todas; muchas palabras que me faltan por escribir y que no me alcanzaran los dedos para terminar con ellas. Mis palabras para ser olvidadas son, todas son para llegar a tí, tantas cosas me harán su objeto en lo que me queda de vida que tengo la certeza de que mi impedirán llegar a tí, llegar a encontrarte Amor. Las misivas que me llegan de tí son burocráticas, forman parte de la ciudad de payasos y no las entiendo.

Cada que mi lengua me hace desearte, en mi núcleo campos dinámicos chocan, mordisquean la capa que nos separa, nos besamos, nos desconocemos, te acaricio y sonries, apretujamos nuestras manos como si fueran ramas de árboles que se raspan y petrifican puentes inimaginables, los frutos caen a la tierra y nacen, como hechos de pinceles, animales y plantas que inician su lucha sin sentido, Transfiguramonos en Dioses, Dioses creados por la imaginación de otros Dioses que necesitan de algo más ardiente y puro, No queda puntuación El tiempo se resquebraja No hay descansos No existo más yo Sólo nosotros en proceso de disolución Viento tempestuoso La palabra desarticulada y sonidos sordos en un universo que me impide compreder cómo es posible estar tan cerca de tí y al mismo tiempo tan ausente de la tierra.

No puedo comprender cómo es que no puedo encontrarte y lo más incomprensible es que no guardo esperanza por lograrte. No te busco más, desterrado estoy de ese tema. Mi voca no dirá cosas mojadas y cálidas. El tiempo articulado de puntos, comas y acentos siempre me atrapa; tengo un chicle en mis suelas, cuya superficie pisada esta por mis pies torpes que no se mueven aunque quisieran estar bailando en algún bar de esta ciudad sumergida.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Un lugar que no tiene coordenadas

Las referencias a los viajes en la literatura son muchos, en ella los viajes son transformadores del individuo que se desplaza por el espacio. Incluso en el anime y el manga japoneses, shonen es el género en donde la trama principal incluye a un personaje que va creciendo.

Ahora que he realizado un viaje comprendí con mayor profundidad cómo es que un desplazamiento espacial modifica no sólo el punto en que estas sobre la tierra. En el lugar que estuve había arena con un origen desconocido, mucha agua que era insultada por las palabras del obstinado nadador a mi lado, quién clamaba por olas más fuertes; caminé por una orilla del mundo américano con la conciencia de que al otro lado estaban los chinos, eso sí que deja algo de miedo en el corazón. Pero hay algo que salió a flote, toda una semana viví la filosofía no porque haya leído todo lo que hay que leer, no porque haya aprendido todo lo que hay que saber de ella, sino porque compartí el ambiente de un Estado violento en el Pacífico con mis compañeros de viaje. Me llevo de ese lugar la claridad de que continuo en el camino, con poco equipaje pero espero siempre compartirlo mis amigos y colegas.

También traje de ese viaje un deseo inconmesurable por amar y amar bajo las estrellas de ese mar. De cualquier forma, los atardeceres siguen siendo hermosos al comprender que el amor se vive de muchas formas. Sentí los besos y caricias del eterno mar, de algo que no comprendo.

Atte. Alguien demasiado influido por la realidad del regreso ja ja